El 14 de noviembre de 2017, hoy hace un año, una parte del alerón de madera
del tejado del Colegio Concepción Arenal se desprendió, cayendo al patio. Por
suerte, esto ocurrió por la noche y no hubo que lamentar ningún accidente. Si
hubiera pasado en horario escolar, podría haber sido mucho más grave.
Como medida de seguridad, se colocó un andamio para proteger el patio y la
calle Antonio López de nuevas caídas, mientras se comenzaban las obras para
arreglar el tejado.
Poco a poco nos fuimos enterando de que no iba a ser tan sencillo. El edificio, por ser histórico, tiene la más alta protección, y no se sabe muy bien a qué Administración corresponde hacerse cargo de las obras.
Termina el curso con la promesa desde la Comunidad de Madrid, de que las obras se realizarán durante el mes de julio, pero al volver del verano vemos que todo sigue igual.
Todo, excepto que el colegio está siendo objeto de frecuentes robos, ya que debido al andamio, es muy fácil subir por él y entrar en el edificio. Poco a poco el material informático y los proyectores van desapareciendo, hasta que en octubre, la dirección decide guardar lo que aún no se han llevado para evitar que no quede nada. Desde el AMPA, a primeros de septiembre, decidimos tratar de hablar con las administraciones para averiguar por qué aún no se han efectuado las obras. Nos preocupan, no sólo los robos, sino sobre todo, la seguridad de los 450 alumnos y alumnas del colegio y el profesorado, así como de la gente que a diario pasa por debajo del andamio, camino de Madrid Río. Por un lado, el andamio, que debería haber sido revisado cada tres meses, desde noviembre de 2017, no ha sufrido ninguna de estas revisiones. El deterioro es visible para cualquiera, y tememos por nuestros hijos e hijas, que conviven con él a diario.
Por otro lado, el hecho de que sea tan fácil el acceso al colegio, no nos inspira ninguna confianza. La identidad y la seguridad de 450 menores y sus familias está comprometida. El andamio carece incluso de la más mínima alarma que evite que se suban a él.
Creemos que el hecho de que se den este tipo de situaciones en un Colegio Público es totalmente inadmisible. Vemos cómo la enseñanza pública se deteriora cada vez más, y no sólo por dentro, también los edificios que albergan a nuestros menores son cada vez más precarios.
Tras dos meses de conversaciones e invitaciones a las administraciones para que mantengan una reunión conjunta y aclaren quién tiene que hacer qué, no sólo no esta reunión no ha tenido lugar hasta la fecha, sino que ambas Administraciones se pasan la pelota continuamente de un tejado a otro, sin que al final nadie haga nada.
Nos da igual quién haga qué. Lo que queremos es que las administraciones asuman su responsabilidad como servidoras de lo público y solucionen un problema urgente, que afecta directamente a la seguridad física de 450 menores de edad. Si la Comunidad de Madrid es la responsable de los centros públicos de enseñanza, debería asegurar que éstos se encuentren en un estado óptimo para su correcto funcionamiento.
Si el Ayuntamiento es responsable del mantenimiento, debería poder asegurar que no se entre a robar en los colegios públicos, tan escasamente dotados de material. Y entre las dos administraciones, deberían poder hablar y repartirse las responsabilidades y llegar a acuerdos, cuando lo que está en juego es tan importante como la seguridad de la ciudadanía y la educación de nuestros hijos e hijas.
Exigimos una solución YA y el comienzo de las obras de reparación del colegio antes de que tengamos que lamentar un accidente.
Exigimos que se cumplan las normas de seguridad en lo relativo a la colocación del andamio y su mantenimiento.
Puedes consultar el recorrido de la manifestación aquí
Poco a poco nos fuimos enterando de que no iba a ser tan sencillo. El edificio, por ser histórico, tiene la más alta protección, y no se sabe muy bien a qué Administración corresponde hacerse cargo de las obras.
Termina el curso con la promesa desde la Comunidad de Madrid, de que las obras se realizarán durante el mes de julio, pero al volver del verano vemos que todo sigue igual.
Todo, excepto que el colegio está siendo objeto de frecuentes robos, ya que debido al andamio, es muy fácil subir por él y entrar en el edificio. Poco a poco el material informático y los proyectores van desapareciendo, hasta que en octubre, la dirección decide guardar lo que aún no se han llevado para evitar que no quede nada. Desde el AMPA, a primeros de septiembre, decidimos tratar de hablar con las administraciones para averiguar por qué aún no se han efectuado las obras. Nos preocupan, no sólo los robos, sino sobre todo, la seguridad de los 450 alumnos y alumnas del colegio y el profesorado, así como de la gente que a diario pasa por debajo del andamio, camino de Madrid Río. Por un lado, el andamio, que debería haber sido revisado cada tres meses, desde noviembre de 2017, no ha sufrido ninguna de estas revisiones. El deterioro es visible para cualquiera, y tememos por nuestros hijos e hijas, que conviven con él a diario.
Por otro lado, el hecho de que sea tan fácil el acceso al colegio, no nos inspira ninguna confianza. La identidad y la seguridad de 450 menores y sus familias está comprometida. El andamio carece incluso de la más mínima alarma que evite que se suban a él.
Creemos que el hecho de que se den este tipo de situaciones en un Colegio Público es totalmente inadmisible. Vemos cómo la enseñanza pública se deteriora cada vez más, y no sólo por dentro, también los edificios que albergan a nuestros menores son cada vez más precarios.
Tras dos meses de conversaciones e invitaciones a las administraciones para que mantengan una reunión conjunta y aclaren quién tiene que hacer qué, no sólo no esta reunión no ha tenido lugar hasta la fecha, sino que ambas Administraciones se pasan la pelota continuamente de un tejado a otro, sin que al final nadie haga nada.
Nos da igual quién haga qué. Lo que queremos es que las administraciones asuman su responsabilidad como servidoras de lo público y solucionen un problema urgente, que afecta directamente a la seguridad física de 450 menores de edad. Si la Comunidad de Madrid es la responsable de los centros públicos de enseñanza, debería asegurar que éstos se encuentren en un estado óptimo para su correcto funcionamiento.
Si el Ayuntamiento es responsable del mantenimiento, debería poder asegurar que no se entre a robar en los colegios públicos, tan escasamente dotados de material. Y entre las dos administraciones, deberían poder hablar y repartirse las responsabilidades y llegar a acuerdos, cuando lo que está en juego es tan importante como la seguridad de la ciudadanía y la educación de nuestros hijos e hijas.
Exigimos una solución YA y el comienzo de las obras de reparación del colegio antes de que tengamos que lamentar un accidente.
Exigimos que se cumplan las normas de seguridad en lo relativo a la colocación del andamio y su mantenimiento.
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